Heaven Estoy parada a las afueras del local y la brisa fuerte corre por todo mi cuerpo causándome un poco de cosquilleos en todo mi cuerpo. Siento un poco de frío en mis piernas y mis manos ya se encuentran heladas por el clima de Londres.Una mano se cierne sobre la mía y observo a Nicola sonreír mientras entrelaza nuestros dedos y le devuelvo el gesto «Lo que hicimos una hora antes. Que rico» Su tacto se siente cálido en contraste a mi piel y no sé si las corrientes que siento en mi cuerpo son por el frío o por la cercanía del castaño «Vale. Quiero coger otra vez»Junto un poco las piernas c

Nicola —¿Segura que ya no te duele? —pregunto una vez más, mientras apoyo la bolsa de hielo contra la mejilla de Heaven.La castaña sisea un poco por el frío contra su rostro pero niega. El ceño fruncido de sus ojos me dan a entender que puede soportar mucho más que un simple puñetazo. Dejo la bolsa en la mesa y vuelvo a ver su pómulo que ahora había tomado un color verdoso por el golpe que había recibido.Sentía culpa por no haberme dado cuenta a tiempo que Heaven no estaba en el grupo con nosotros. Me sentía mal por haberme distraído con los chicos cuando mi prioridad siempre debe ser la castaña de oj

HeavenDesde pequeña siempre me he considerado una niña, una adolescente y una mujer difícil. Con carácter que no todas las personas son capaces de soportar o por lo menos asimilar en el momento; y sinceramente, agradezco demasiado a aquellas que siguen a mi lado.Para algunas personas es difícil entender como hay gente que logra optar estas actitudes ante los demás. Hay algunos que piensan que es por hacerse los interesantes. Otros, porque piensan que están molestos con la sociedad y su ideologÍa.En cambio yo, es esta actitud la que me ha ayudado a sobrevivir todos estos años.A partir de esa noche. Hace seis años. Me costó entender que no

Nicola Cuando me dijeron que Heaven tenía el carácter difícil, no creí que fuera tan cierto. Al parecer tuve que apuntar todos los consejos que me daba Paige. Ella conocía a su amiga. Pero fui tan inocente para no darme cuenta de esa realidad.Se puede decir que Heaven se enoja fácilmente. Muchas veces no tome en serio el hecho de ser cortante y mandarte a la mierda con solo dos palabras. No lo tomaba como un carácter difícil. Tal vez así era su forma de ser graciosa o algo parecido.«Que estúpido has sido»Desde la pelea que tuve con Heaven a las afueras de la residenci

Heaven —Por favor Jake. Es sólo un pequeño favor —vuelvo a repetir, rogándole a mi querido amigo.No sé cuánto tiempo he desperdiciado con esta maldita escena pero justamente sentía que ahora mismo mi dignidad había desaparecido tan rápido como mi maldita virginidad. Jake se mantiene con una sonrisa burlona en su rostro y yo bufo, exasperada, con las rodillas en mi piso para que el odioso rubio aceptara hacer mi trabajo de Estadística, por lo cual se negaba rotundamente a cooperar.«Eres inteligente en matemáticas pero esas cosas de hacer cuadros, dibujos y lo que

Heaven Comienzo a quejarme ante el movimiento que sentía sobre la cama y los golpecillos suaves a mi mejilla. Los rayos del sol chocaban sobre mi rostro pero no me molestaban tanto como el dedo de alguien hundiéndose en mi rostro a cada segundo. Quería seguir durmiendo. Frunco mi ceño sin abrir los ojos y palmeo al aire, evitando más molestias. Un gruñido de molestia sale de mí cuando noto que las ganas de joder no van a desaparecer por arte de magia así que me quito toda la sábana de encima, dispuesta a despertarme. Abro los ojos lentamente, acostumbrándome a la iluminación de la habitación pero éstos se abren a la par al notar que el rostro de Ni

Nicola «Dolor»«Decepción»Las dos únicas palabras que logro sentir al tener tal escena ante mis ojos. Noto como Joshua agarra el rostro de Heaven para continuar con el beso. Creo que ella lo empujara pero no lo hace. Punzadas en el corazón generan un malestar en mi pecho y siento que se me corta la respiración al volver a tener aquel recuerdo de hace unos meses con Natalie de protagonista.El nudo en mi garganta me está ahogando y siento esa presión en el pecho que me obliga a soltar un suspiro amargo antes de notar como las lágri