El sábado Hana acepto ir a cenar en casa de la Sra. Rosee y la encontró de un excelente humor, ella siempre era así, pero esta vez vio un brillo que irradiaba desde el fondo de su alma que le hizo preguntarse si su jefa estaba enamorada. Eso aunado al hecho que en días anteriores había salido de la empresa donde supuestamente iba a verse con alguien, un antiguo amigo, cosa que se le hizo extraño, por la ansiedad, nerviosismo y emoción que denotaba en su rostro y actitud.Como sea, no era una mala idea, ella era aún una mujer muy joven y muy hermosa.- Bienvenida querida, - la saludo con un beso y pasaron al salón donde al cabo de unos minutos apareció Anabel y la abrazo feliz.- Que bueno que hoy nos acompañes a cenar, tenemos tanto de que hablar.Más tarde comían y charlaban animadamente y Vincent estaba cada vez más convencido al mirar a Han
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