Su vida no podía ir mejor, pensó Hana, su vida sexual era todo lo que siempre había creído que seria y mucho mas, su negocio estaba creciendo cada día, mantenía una constante comunicación con familiares y amigos, solo empañando su felicidad pensar que Vincent tal ves aun estuviera sufriendo por ella, por eso le pedía a Allah que pusiera en su camino una buena mujer de la cual se enamorara y fuera feliz. Hana ahora tenía todo lo que siempre deseo y por lo que lucho: Libertad, proyectos personales, a su familia, su amada Turquía y el amor. Y cuando después de terminar de hornear unas ricas galletas de jengibre y sintió un mareo inusual, supo que aquello que faltaba para completar su felicidad había llegado. Tenia un retraso pero por compromisos con pedidos que debía entregar a los supermercados, no le había prestado mucha atenci&oacu
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