Doce horas pasaron, Elías seguía vigilando el comedor, Liam estaba durmiendo en una de las camas de la enfermería, Ben estaba sentado en otra, Alex seguía allí también sentado al lado de la cama de Noa, de un segundo para el otro Noa comenzó a moverse y con gran esfuerzo se llevó la mano a la cara. Alex al verlo le pregunto.— Noa ¿Despertaste? — ¿Papa? — Si soy yo, estoy acá al lado tuyo. — Respondió Alex agarrando a su hijo de la mano.— Papa no puedo ver.— No te preocupes, sanaras, tardara un tiempo, pero vas sanar.— Perdón, por todo.— No no, no fue tu culpa, yo te pedí que vinieras a esta escuela. Nos iremos apenas estés mejor.— Papa, ¿tu destruiste la otra escuela?— No fui yo, no sé lo que paso en esa escuela, pero yo no tuve nada que ver.
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