GRACEMe rendí tal y como Monica había predicho. Mis cosas estaban empacadas y listas para irme. Lo único que me quedaba por hacer era despedirme de todos mis seres queridos, pero era más fácil decirlo que hacerlo. Todo el mundo estaba fuera de la casa de la manada. Era muy temprano; todo el mundo parecía que acababa de salir de la cama, lo que tenía sentido porque eran las siete de la mañana de un sábado."P*rra, ¿por qué tuviste que salir tan m*lditamente temprano?", refunfuñó Monica, con los puños frotándose los ojos furiosamente: "Esto es demasiado, c*rajo". Prosiguió, sin importarle que la atención de todos estuviera ahora sobre ella.Gino puso los ojos en blanco, empujando ligeramente a Monica, lo que le valió una mirada fulminante. “Que molesta eres. Deja de hacer esto sobre ti, esto es sobre ella", reprendió, haciendo un gesto hacia mí con la barbilla."Oh, cállate, todos los mañaneros son iguales", murmuró en voz baja.No entendí qué tenía que ver eso con nada, pero decid
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