”Cariño, despierta. Cariño”, Samantha habló suavemente mientras despertaba a Ethan. Ella le sacudió el brazo de manera repetida, pero suave, y dijo: “Cariño, tengo hambre”.El bebé uno estaba alcanzando las 16 semanas, mientras que el bebé dos ya tenía 13 semanas. El hambre comenzó a hacer efecto en las primeras horas del día, y Samantha sentía aún más náuseas con el estómago vacío.Como a Ethan no le gustaba que ella desapareciera de la nada, no tuvo más remedio que perturbar su sueño.Tarareando mientras él despertaba, Ethan masajeó sus sienes antes de volverse hacia su esposa. Sus ojos permanecieron entrecerrados, recordando cómo habían dormido pasadas las doce, tratando de calmar el estómago de Samantha.Con su voz de dormido, repitió: “¿Tienes... hambre?”.“Sí, cariño. Podría ir a la cocina-”.“No, te traeré algo. ¿Qué crees que puedes soportar?”. Ethan preguntó débilmente mientras trataba de levantarse de la cama.Esa fue una pregunta difícil para Samantha. A decir verdad,
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