Al terminar casi el día, ya que Elián me pidió que me retirada, me fui directo a la cocina, apenas iba a cenar algo. Ya me encontraba un poco mejor, que cuando llegué, ese chico tiene mucha energía, suspire de solo recordar que me puso a recitarle casi una obra de teatro al leerle "Romeo y Julieta", nunca pensé que a ese chico le gustaba la poesía y el romanticismo. Sonrió al recordar. Cuando llegó al comedor, me encuentro con ese hombre serio, impecable, con su postura rígida de siempre, esta sentado en una de las silla, y al notar mi presencia levanta la vista y me ve, 《oh no》 me paralizó, no doy un paso más. ─ Buenas noches, Señorita Luciana. La voz del Sr. Howard me saca de golpe de mi ensimismamiento. El corazón comienza a aporrear mi pecho con una rapidez casi de vértigo.
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