Tal como le prometió a Dave, cada vez que quedaban, Dave intentaba mostrarle un poco más de la disciplina que él practicaba.En dos semanas logró que aceptara eso de los azotes.No era su afán pero ya no mostraba reticencia a la hora de sacudirle uno que otro.Por su parte, Haley, no dejaba de vigilarlos.La envidia le devoraba por dentro.Si ya de por sí no le caía bien Dave, ahora lo odiaba.Los veía casi a todas horas acarameladitos, prodigandose mimos, obsequiandose beso tras beso, siempre juntos a dónde iban…Pero lo peor era cuando estaban en la cafetería de la universidad pues, dándole igual el resto, el castaño siempre acababa sentado a horcajadas de Mark y comiéndose su boca.Podía oír a los dos amigos de Dave, Ian y Mel, que les insultaban de modo bromista.Haley empezaba a perder el sen
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