Nena, ¿porque no vienes y te sientas un rato?...- escucho decir a mi lado a Dom, mientras sujeta mi hombro, niego y permanezco con la vista sobre el rostro de Andrew, quien permanece igual, aun no puedo creer que de verdad este tras este cristal con todos esos tubos y luchando por su vida. Asier, hija necesitamos que te sientes, no puedes seguir más horas allí de pie, vamos cariño, necesitas descansar un poco…- me dice mi madre, mientras acaricia mi cabello, no tengo idea de cuando llego o cuánto tiempo tengo aquí parada, mirando a través del cristal, pero se siente una eternidad, hago caso omiso de la sugerencia de mi madre y permanezco de pie donde estoy, no quiero moverme de aquí, no quiero dejar de verlo, no quiero dejarlo solo. Cariño, no hará la diferencia que estés sentada por allá o de pie aquí, vamos hija… además necesitas comer algo, tienes más de 6 horas sin comer, no puedes enferm
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