Narrador. Jackson al ver que la pequeña vampirilla estaba dispuesta a ser suya una pequeña, pero maliciosa sonrisa se le dibujó en los labios antes de acercarse a ella y notar lo nerviosa que se encontraba, la diablilla que no le temía a nada estaba temblando como una cría asustadiza. — ¿Por qué tiemblas pequeña?— le preguntó sabiendo la respuesta, pero de alguna otra manera eso solo lo excitaba más, sus ojos marrones se oscurecieron al saber que su pequeña estaba perdida entre la excitación y la confusión. —por favor perro sé tierno, si— le rogó ella con ternura mientras la boca de Jackson descendía desde su cuello hasta aterrizar en el valle de sus senos y aunque se moría por besar eso labios suave y tembloroso no pudo evitar saciar su deseo al probar primero aquellos botones rosados q
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