El auto estaba en movimiento y yo solo quería acabar de una vez con todo aquello, debido a que los nervios me estaban carcomiendo la cabeza, sobre todo porque lo único que me acompañaba Era el ruido que provenía del motor del auto, y la verdad estaba hecha un manojo de nervios, solo me venían a la cabeza aquellas historias que decían sobre las amantes de Park, después de haber sido usadas por él, eran desechadas y nunca las volvían a ver, tal vez, ya había llegado mi hora, y lo peor es que no pude despedirme de nadie cercano a mí, ya veo por qué Park se había ausentado durante tanto tiempo, era porque planeaba deshacerse de mí al llegar, es un maldito poco hombre. El vehículo se detiene, de un momento a otro, Park baja y me carga. Me percato que se trata de él por el magnífico olor que posee, me sostiene en sus brazos y me estrello con sus duros pectorales, dios este hombre sí que está bien hecho, no puedo olvidar las veces que lo he tenido sin ropa alguna, satisfaciéndonos
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