Sin más preguntas, Veronica dio un paso adelante y le dio a su mejor amiga un abrazo silencioso y reconfortante. Esta le devolvió el abrazo y lentamente, comenzó a llorar en silencio en sus brazos.— Está bien, castraremos al bastardo si eso te hace feliz— Veronica la calmó, dándole palmaditas en la espalda de vez en cuando.Ella solo lloró un poco más, colocando a Veronica nerviosa.— Erm, está bien, una elección equivocada de palabras. Um... Tendrás arrugas si no dejas de llorar.Ella se atragantó (aunque no fue por el llanto) y Veronica le dio unas palmaditas en la espalda un poco más, animada.— Tu frente también se agrandará si no dejas de llorar.Después de unos momentos, las dos amigas se desenredaron. Veronica tiró de la mano de Carmen, guiándolas hacia la silla. De mala gana, Carmen se
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