Daniel y Luna me miraron fijamente, pero no contestaron a mi saludo; por el contrario, él se levantó de su silla y se acercó a Luna, acariciando sus mejillas, ¡qué cinismo! No pude evitar sentir celos al ver que aquellas manos, las mismas que una noche recorrieron todo mi cuerpo, acariciaban una piel que no era la mía. No podía hacer nada, porque ya no éramos pareja; sin embargo, ¿no creen que es una falta de respeto? Nunca hubo un acuerdo de terminación entre nosotros, lo más lógico era que él me siguiera siendo leal, pero todas esas acciones me hicieron fuerte para poder superar ese amor que, por poco me hizo sentir sin ánimos de continuar ¿Cómo una persona puede hacerte tanto daño? Porque tú mismo decides hasta donde le permites llegar.Queridos amigos, no se conformen con las sobras, ni con lo poco que les puedan dar, tampoco se amolden al sufrimien
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