Sebastián se puso de pie. "Por favor, déjame explicarte". Su voz salió casi como un susurro."No hay nada que explicar, Sebastián. Me arrepiento de haberte aceptado en mi vida. De haberlo sabido, no te hubiera hablado de mi hijo. Sólo me estabas utilizando a mí y a mi inocente bebé cuando tenías a tu feliz familia en otra parte. Un imbécil y un cabrón, eso es lo que realmente eres".Sebastián se pasó los dedos por el pelo, no podía creer que hubieran vuelto a esta etapa de sus vidas; una etapa en la que ella no hacía más que llamarlo con nombres tontos."Por favor, confía en mí Jayda, no sabía lo de Aaron hasta hace poco". Se defendió con los ojos llenos de lágrimas y la voz rota."No volveré a cometer el error de confiar en ti. Las rosas, las notas, los mensajes de texto de amor, los regalos, los chocolates, los gestos dulces, todo era una mentira. Nunca me quisiste, querías tener sexo conmigo y herirme para poder vengarte de mí por haberte insultado o tirado mi tacón"."Sabes qu
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