–Vaya, vaya señorita Dunhee, parece que hoy amaneció mucho mejor que ayer. –Admitió el joven enfermero terminando de ponerle una linterna encendida en el ojo. Al parecer era recién egresado de la universidad o algo así, parecía residente en dicho centro médico.– Tu recuperación ha sido muy rápida, parece que tu familia te hace florecer como rosa en primavera. –Yo siempre florezco, en cualquier lugar en el que esté. –Añadió la morena con mejor semblante. A juzgar por sus comentarios empezaba a presentar mejoras.––No lo dudo, tienes a una sala llena de gente esperándote todos los días allá afuera. Es evidente que eres muy amada… –Sonrió el joven, aportando cierto aire de coqueterí
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