Ha pasado casi una semana e Isabel no contesta mis llamadas y mucho menos mis mensajes, y me siento un verdadero idiota, porque no sólo le dije esa frase tan cruel, si no que arruiné su cumpleaños número treinta y ella se sentía tan feliz ese día, ahora pasé como el imbécil, cruel que le dijo que había inventado una historia personal para poder simpatizar.El lunes, llegué a la oficina más rápido de lo normal, vi que el menú del día estaba sobre la mesa y al abrirlo vi la nota que decía lo mismo pero ahora era una etiqueta impresa, lo que quiere decir que las otras eran especiales para mí y no lo pude ver. El martes pasó igual, y luego vinieron miércoles, jueves y viernes, sin respuesta. Una cosa que he aprendido de ella es que tiene carácter, sabe lo que q
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