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Todos los capítulos de El empresario del corazón roto. : Capítulo 11 - Capítulo 20
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El amor entra por el estómago
―Listo señor Quentin, su envío va en camino.― Me dice Isa y yo sonrío. ―¿Seguro que no es un problema? ―No, todo estará bien... no es ningún problema, señor educación. Me río bajito, apenas se escucha, últimamente lo hago muy seguido―¿Entonces eres chef? ― Pregunto. ―Algo así. ―¿Algo así? ―Sí, tengo una Dark Kitchen . ― Me dice con tono de orgullo. ―¿Dark kitchen? ¿A caso se te fue la luz? ― Bromeo y
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Acercándome un poco mas a ella
Suena la alarma, la apago de inmediato, llevo despierto desde hace 10 minutos pero esta vez no fue por una pesadilla o por insomnio, si no que ayer después de terminar la comida caí rendido y dormí parte de la tarde y toda la noche, por lo que mi cuerpo se despertó diferente.Me pongo de pie, voy por la ropa de deporte, me visto y bajo al gym; hoy toca cardio. Me subo a la caminadora y pongo las noticias financieras, las internacionales e internacionales, aunque en mi mente sólo puedo pensar"Dance, dance, dance, Elita" cantada con su melodiosa voz y me pregunto si ella en este momento está cantándola en donde quiere que esté.―¿Es en serio Quentin? ― Me pregunto en voz alta mientras la melodía no me permite concentrarme.― Sólo es una voz al otro lado d
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Me gusta tu voz
Entro a las siete de la noche a mi piso, y después de ver la correspondencia y los archivos por revisar, voy hacia mi habitación para ponerme ropa más cómoda y ahora ver el cuestionario que debo llenar para que Isa me envíe el menú. Abro el ordenador y en seguida abajo la liga donde me pide todos mis datos personales, dudo un poco ¿ella sabrá quién es Quentin Valois? ¿Qué tal si lo pongo y ella se entera de quién soy? ¿Cambiarán las cosas? Tomo el móvil y le llamo, ella después de unos tonos me contesta.―¿Si?―Buenas tardes.― Hablo educado. ―¿En serio tienes dudas sobre un cuestionario tan sim
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La chica del sombrero rojo
Desde el martes he desayunado como rey, como rey es poco, posiblemente como sultán. De pronto todo lo que no comí por años se ha acumulado en este semana y me hace sentir tan vivo que no sé como asimilarlo. Isa es excelente chef y tiene un sazón en la comida que me hace recordar a los mejores restaurantes en los que he comido, no sé si sea porque yo he llevado a mi cuerpo hasta el grado de la hambruna que siento que cada sabor, cada platillo y cada especia son definitivamente una delicia. Cuando llegó el primer menú por la mañana, lo abrí con tanta premura que ni siquiera me fijé en la nota que ella me enviaba, con una hermosa letra cursiva que decía bon appetit, gracias por ordenar en amistoso menú. Recuerdo que leí la nota una y otra vez con su voz repitiendo cada
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El primer encuentro
Isabel tiene un hermoso cabello largo y ondulado, ojos miel y gracias al frío tiene levemente la nariz roja. Es un poco bajita, pero es normal, yo soy muy alto por lo que su cabeza me queda un poco a la altura del pecho, aunque justo hoy trae botas con tacón lo que le hace ver mas alta.Me quedo observándola por un minuto, mientras analizo su rostro, tan hermoso y expresivo que ahora sé que no podré borrar de mi mente y me acompañará por el resto del fin de semana y posiblemente más. ―Eres tan diferente como te imaginaba.― Abre la conversación. ―¿Diferente? ¿En qué manera? ―Pues, siempre te imaginé menos... 

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La primera nevada
La alarma suena constantemente hasta que estiro la mano y la apago. Sigo en cama, ayer me dormí hasta tarde pensando en Isabel, la chica del sombrero rojo que excedió mis expectativas sobre cómo era, cómo hablaba, cómo sonreía. Ese abrazo que me dio aún vive en mi piel y no puedo deshacerme de es calorcito que ahora vive en mi pecho y en las palmas de mis manos.Me levanto para comenzar a hacer ejercicio como todos los días, voy hacia el armario y escojo la ropa de este día, un poco más abrigado porque hace bastante frío, me visto y cuando salgo de ahí veo que mi móvil se alumbra con el nombre de "Isa". Lo tomo sin pensarlo dos veces y veo el mensajeISAAdemás de
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Otra oportunidad
Ha pasado casi una semana e Isabel no contesta mis llamadas y mucho menos mis mensajes, y me siento un verdadero idiota, porque no sólo le dije esa frase tan cruel, si no que arruiné su cumpleaños número treinta y ella se sentía tan feliz ese día, ahora pasé como el imbécil, cruel que le dijo que había inventado una historia personal para poder simpatizar.El lunes, llegué a la oficina más rápido de lo normal, vi que el menú del día estaba sobre la mesa y al abrirlo vi la nota que decía lo mismo pero ahora era una etiqueta impresa, lo que quiere decir que las otras eran especiales para mí y no lo pude ver. El martes pasó igual, y luego vinieron miércoles, jueves y viernes, sin respuesta. Una cosa que he aprendido de ella es que tiene carácter, sabe lo que q
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La sorpresa
Ocho de la mañana, espero afuera de los edificios donde vive, estoy nervioso pero trato de que no se me note ya que el chofer está un poco atento a lo que hago, es normal, pasé de tener esta rutina de oficina-piso durante años y ahora me tomo los fines de semana libres y voy a cafeterías que están fuera de mis lugares habituales, también espero a una mujer recargado sobre el auto mientras observo atento a la entrada. Minutos después Isabel aparece caminando frente a mí, esta vez trae una chaqueta de color negro bastante moderna, con una blusa de cuello alto que le cubre el cuello, unos pantalones de mezclilla negros y unos botines que le hacen juego a todo, no trae gorro ni nada, así que su hermoso cabello ondulado cae sobre sus hombros. ―Buenos día
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Croissants con Quentin
Durante todo el vuelo a Paris, Isa y yo nos conocimos un poco mejor. Me enteré que su color favorito es el rojo, que su comida favorita es la japonesa por la mezcla de sabores. Me contó de sus días en la universidad, de cómo empezó su amor por la cocina y algo que en realidad me sorprendió bastante y ahora entiendo todo, ya que fue chef personal por unos meses del empresario Emiliano Sainz.―Ya veo la comparación.― Le digo mientras vemos por la ventanilla.―Es guapo, joven, pero sólo fue por unos meses, sabía mi nombre y sazón pero nada más, Después me fui porque mi hermana enfermó pero si no... tal vez ya estuviera viajando con él a otro lado del mundo.― Comenta coqueta mientras sonríe

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La vie en rose
Isabel se queda en silencio por un momento, supongo que tratando de asimilar lo que le acabo de pedir. Tal vez piensa que es una broma mía o que le estoy poniendo alguna prueba pero no, lo deseo, el deseo de sentir sus labios ha ido creciendo poco a poco desde que la conocí por primera vez. Surgió por la manera en cómo se quita el azúcar y el chocolate con suaves movimientos con la lengua, esa sonrisa sincera que me da, cómo se muerde el labio inferior cuando piensa o trata de decidir algo, la manera en qué habla o se expresa, las palabras que dice. Ella no lo sabe pero es de su boca de la que estoy enamorado. La abrazo un poco más cerca a mi, el calor de nuestro cuerpos crece por la proximidad y ella me sigue observando atenta esperando algún tipo de reacción o cambio de opinión de mi parte, pero no lo ha
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