Lily parecía estar enferma, con las cejas fruncidas en forma de luna. Hacía más de una semana que no veía a Darryl. No había vuelto a casa, ni había llamado. Unas cuantas veces, Lily había estado tentada de llamarlo, pero recordó lo que había pasado en la sala. ‘¿Por qué es un hombre tan egoísta? ¿De verdad tengo que llamarlo yo primero? Ah, da igual, ¡déjalo!’, pensó mientras entraba al vestíbulo. Al entrar en el vestíbulo, sintió que algo no andaba bien. El personal de la recepción solía levantarse para saludarla, pero hoy permanecían sentados y seguían charlando incluso cuando la veían. Lily frunció el ceño, confundida. ¿Tal vez tuvieron un fin de semana difícil? No era más que un pequeño error, no le prestó atención y continuó su camino hacia la oficina. Sin embargo, en su camino, vio a algunos empleados charlando, y algunos incluso estaban jugando en sus teléfonos. ¡La jornada laboral había comenzado! Lo que más le molestó fue que esas personas la ignoraron por completo, ¡t
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