“Dios mío, ¿por qué los usaste para ventilar tu rabia? ¿No piensas que es una lástima tirarlos? Puedes dármelos a mí, ¿sabes?”.Angeline siempre había sido el centro del universo desde la infancia. Ella podría ser muy educada, pero tan pronto sufría algún tipo de agravio que excedía su nivel de tolerancia, ella también se volvía irascible.Como en ese momento, por ejemplo...“Yo tengo un montón de ropa en la maleta, Si quieres, puedes tomarla toda. Oh, y ese juegos de productos de cuidado de la piel, que cuesta 10 millones de dólares, es todo tuyo. Si no te gustan, ¡puedes quemarlos todos!”.Ella estaba enfurecida. “Yo los compré con el dinero de tu hermano, pero ya no los quiero. Desde ahora, tomaremos caminos separados. No tenemos nada que…”.“¿Nada de qué?”. Tormenta giro desde un cruce empujando a Jay en la silla. La silla quedó quieta en frente de ella.El cabello de Angeline colgaba suelto sin un accesorio en él. Ella se veía tan hermosa como un jade sin cortar, como si ell
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