Al llegar a la ciudad, como si nada hubiera pasado antes, poco a poco la tremenda tormenta fue pasando.Una brisa de primavera dispersó la nube tormentosa y un arco iris apareció en el cielo que parecía un cuadro. Todos miraron hacia arriba, hipnotizados por la belleza de la naturaleza.Charlie se detuvo en la entrada del mercado de antigüedades y dejó a Zachary allí.Cuando Zachary se bajó del carro, se inclinó respetuosamente ante Charlie y le dijo: "¡Gracias, Maestro Wade!"Charlie lo miró y le dijo claramente: "Zach, nunca le digas a nadie lo que pasó hoy, ¿entiendes?"."¡Sí, por supuesto! No se preocupe, Maestro Wade," le dijo Zachary en un tono amable y serio. Su cara estaba llena de admiración al ver a Charlie como una figura divina.Charlie asintió y se alejó. Zachary, por su parte, se paró en el mismo lugar y lo vio irse, sin atreverse a moverse ni siquiera cuando el carro había desaparecido de su vista.Charlie llevó a Loreen, que seguía en el carro, al hotel.Loreen
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