Al llegar la tarde Eliot se despidió de Débora, porque debía dormir temprano para tener energías para el día siguiente.

Curiosamente casi cuando ella cerraba la puerta tras despedirse del adolescente, volvieron a tocar la puerta y al abrirla Carolina se lanzó a sus brazos.

- Me muero – declaró de forma dramática.

“Se ve”

- ¡Hey! – se quejó separándose de ella sonriendo de forma divertida – desde las 5 estoy despierta, pero ya terminamos con las mudanzas – mencionó separándose de ella para estirarse mientras ingresaba al interior de la casa.

“¿Mudanzas?”

- Aja, recuerdas que te comente del problema que empezaron a tener mis suegros con los nuevos vecinos – comentó recostándose en el sofá.

“Sí recuerdo” – comentó Débora mientras caminaba a la cocina para servir algo de agua en un vaso para dárselo a su amiga.

- Si eso quería, gracias – indicó la pelinegra sentándose para tomar el vaso y beberse de golpe todo el contenido – ah… delicioso, bueno para evitar más problemas les ofrecimos qu